Todas las ciudades tienen sus historias negras; leyendas que ponen la piel chinita cuando las escuchas... la Ciudad de México no podía se la excepción
Una ciudad que guarda cientos de leyendas en los muros de sus edificaciones ... y algunas de ellas son espeluznantes.
La historia
Fue erigida en los albores del siglo XX por el gobierno de Porfirio Diaz: Su construcción era la respuesta del gobierno ante el defectuoso sistema penitenciario del país, debido a que en aquel entonces se abolió la pena capital en México, se requería de más espacio para los presos.
El 29 de septiembre de 1900, en la zona conocida como "La cuchilla de San Lázaro", el General Porfirio Diaz inauguró la Penitenciaría de la Ciudad o Palacio de Lecumberri, erigido en una estructura metálica recubierta con piedra que, algunos cuentan, se tornó negra por su exposición al canal de desagüe; color que le dio, también, el nombre de Palacio Negro, aunque también se le conoce así por las historias obscuras que se tejieron en su interior.
El diseño daba la posibilidad de vigilar en modo 360ª y también establecía en subconsciente la idea de que eran observados en todo momento.
Es una construcción de estilo ecléctico que refleja dureza y fortaleza para dar el mensaje de que este sitio era infranqueable. El diseño se conformaba por 7 crujías dispuestas circularmente que confluían en un patio que tenía en el centro una torre de vigilancia de 35 metros.
Cada celda tenía un camastro y un baño. El diseño estuvo a cargo del Ingeniero Antonio Torres Torrija y se basó en la ideología de los panópticos, la cual consiste en la facultad de ver desde un punto central todo el interior de un edificio... 860 celdas que permitían la incomunicación y el control mental a base de infundir terror.
La construcción tardo 15 años y los primeros presos procedían de la cárcel de Belen; Lecumberri alojaba a los sentenciados enfocados a ser reformados por el nuevo sistema de prisión.
La dinámica consistía en una disciplina basada en actividades laborales y escolares durante el día y de reflexión por la noche, con el objetivo de generar personas de bien, por ello se pensó en 860 celdas individuales que permitieran la incomunicación total, albergó como presos tanto hombres como mujeres; incluso, adolescentes y niños, hasta 1954, cuando se inauguró la cárcel de mujeres.
Lecumberri se convirtió rápidamente en lugar de condena, purgación y expiación, aquí se coartaron las libertades, se reprimieron los ideales y se violentaron los derechos humanos más elementales. Se tenía que pagar por las visitas, por las celdas y hasta por el uso del baño y si los presos no tenían para pagar las altas cuotas eran golpeados o los enviaban al "apando"; una celda en la parte superior de los baños, sin luz, llena de piojos, cucarachas y mal olor.
Quienes sobrevivieron a Lecumberri cuentan que todo era corrupción; las confesiones eran arrancadas a base de torturas como golpes, tehuacán, meter la cabeza en aguas negras; el castigo más popular era conocido como "El chocho" consistía en tallar sobre el piso, hincados una piedra o ladrillo de 2 a 5 kilos de peso aproximadamente, hasta que se gastará, esto podía durar hasta 15 días, o pagar de 5 mil a 50 mil pesos de aquel entonces.
También se usó para encarcelar y asesinar a jóvenes durante el movimiento estudiantil de 1968; la mayoría fueron cruelmente torturados con golpes y descargas eléctricas en los genitales... muchos de ellos no volvieron a ser vistos; 160 estudiantes fueron encarcelados aquí, en diferentes crujías, expuestos a la saña de la población de la penitenciaria.
Muchos eran llevados a celdas que parecían jaulas, sin paredes, todas con rejas; aquí los presos eran expuestos a situaciones extremas, al frío, sol, lluvia....
Existían presos con muchos privilegios, entre ellos, Siqueiros que tenía la "libertad" de salir en la noche a cabarets y volver antes del amanecer; tenía su celda normal pero también le fue asignada una celda estudio donde pintó un mural, hoy, solo queda una recreación de ésta.
Existían también los "suicidados"; presos que entraban a Lecumberrí y alguien por fuera ordenaba que los mataran, y así sucedía y para ocultar el asesinato, eran colgados para simular un suicidio. Hubo una temporada en que llegaron a sumar hasta 5 "suicidados" a la semana.
Lecumberri, desde fuera, parecía infranqueable, impenetrable pero en sus 76 años se registraron dos escapes: El primero fue un narcotraficante de cocaína de nacionalidad estadounidense llamado Dwight Worker que, en 1975, con la ayuda de su esposa salió de la prisión disfrazado de mujer. El segundo fue el narcotraficante colombiano Alberto Sicilia Falcón quien huyó a través de un túnel que cruzaba la Avenida Héroes de Nacozarí, algunos dicen que tardó 2 años en planear la fuga: observando a los celadores y sus rutinas, haciendo el túnel por donde escapó en 1976.
Tras el escape de Falcón el gobierno quedó en ridículo, aunado a la sobrepoblación que originó la mayor de las promiscuidades, corrupción, falta de atención jurídica a los casos de los internos, la pésima alimentación y las historias macabras que contaban los presos a sus familiares; el Presidente Luis Echeverría ordena su cierre ese mismo año... El "Palacio Negro" concluyó su vida como prisión el 27 de agosto de 1976.
Entre los presos más famosos, los documentos hablan de: Pancho Villa, José Revueltas y David Alfaro Siqueiros (quién dejó un mural en su celda), Juan Gabriel, el poeta colombiano Álvaro Mutis, Ramón Mercader (Asesino de Leon Trotsky); luchadores sociales como Valentín Campa y Demetrio Vallejo. Asesinos seriales como: Gregorio "Goyo" Cárdenas; "El Sapo" quien se dice mató a más de 150 personas; el narco cubano Alberto Sicilia Falcón
Actualmente es el Archivo General de la Nación, aquellas celdas que un día se llenaron de gritos y dolor; aquellas que tuvieron cono huésped a Pancho Villa o José Revueltas, ahora albergan documentos históricos como cartas de Benito Juárez, las Constituciones de 1814, 1857 y 1917, manuscritos de Sor Juana Inés De la Cruz y la carta original de Independencia del Imperio Mexicano.
Se convirtió en el Archivo general de la Nación por decreto presidencial el 26 de mayo de 1977 y resguarda la historia de nuestra sociedad desde la época novohispana hasta hoy porque día a día, administración tras administración van reuniéndose más documentos importantes; es la historia viva de nuestro país. Se dice que contiene, aproximadamente 375 millones de hojas que equivalen a unos 52 kilómetros.
Las visitas guiadas son de lunes a viernes de 9:00 am a 16:00 hrs. y debes enviar un correo electrónico a programaseducativos@agn.gob.mx, indicando 2 propuestas de fecha y horario. las visitas libres pueden realizarse de lunes a viernes de 09:00 a 18:00 hrs y los sábados de10:00 a 16:00 hrs.
Una visita que sin duda alguna debes hacer
Cuéntame que te pareció y nos leemos la próxima huidas, mientras tanto te dejo
Besos Viajeros
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