La Costa de Michoacán: Un tesoro por descubrir





"México me está esperando intacto" Fue lo primero que pensé cuando me invitaron a recorrer la Costa de Michoacán y sin dudarlo más, me lance a uno de los viajes más emocionantes que he tenido: Las hermosas playas de Michoacán. Y voy a darte las razones por las que ÉSTE pude ser un gran viaje de Verano:


  • El camino es largo (si…laaargo, largo) pero eso nos dio la oportunidad de pararnos donde nos dio la gana, donde nos gustó o donde nos entraron las ganas de la pis y así descubrimos la magia de esta zona del estado que parece escondida para todos los viajeros.
  • La siguiente razón es que estas playas son vírgenes… nada de all inclusive o grandes complejos solo playas vírgenes con pequeños restaurantes que han instalado sus palapas frente al mar… ¡Oh por Dios!, ¿qué más le podemos pedir a la vida en verano?
El inicio

A 24 Kms. De Lázaro Cárdenas nos encontramos con Barra de Pichi; un estero cercano a Playa Azul muy famoso por el delicioso pescado a la talla (se hace con leña de mangle que le da un sabor muy especial y único), como ya hacía hambre decidimos quedarnos a comer. También aprovechen para hacer un paseo en lancha que dura unos 30 minutos y los llevan a ver la flora y fauna de la zona; además los lugareños son súper amables.
Barra de Pichi en Michoacán
Barra de Pichi

Gastronomía en la Costa de Michoacán
Gastronomía en la Costa de Michoacan 
Después de un rato tomamos de nuevo el camino; si han decidido hacer este recorrido realmente no deben preocuparse mucho porque todo el boulevard costero tiene señalizaciones de las playas y podrán parar donde quieran. Recorrimos todas las playas; y como siempre les digo, el espacio a veces es insuficiente así que me saltaré algunas para dejarles los tips más valiosos.

Lancha de pescadores en la Costa Michoacana
Lancha de pescadores en la playa
Una de las playas más famosas y visitadas de Michoacán es Playa Azul, estacionamos el huida móvil cerca de la playa (acababa de atardecer) y contemplamos como niños el Pacífico. Fue una sensación muy especial, yo nunca había visto el mar así… ¿cómo explicarlo? Tan virgen, tan intacto… tan azul, quizás.

Después de contemplar el mar buscamos un lugar donde cenar. ¡¡Nuestra segunda ración de buen pescado desde que llegamos a la costa!!! Desde que llegas sentirás la hospitalidad de la gente, que fue una constante durante todo el viaje. Aquí Antonio, dueño de la pequeña palapa donde cenamos, nos explicó que lo más famoso es el “Festival y Exposición de la Tortuga Marina”, donde hacen varios eventos alrededor de este animalito para crear conciencia ecológica y preservar la especie. Después de 2 copitas mirando al mar, charlando de cualquier cosa, y sintiéndonos privilegiados por estar en un entorno así, nos marchamos a dormir. Al día siguiente tocaba viaje otra vez.
Costa de Michoacán

Sabadaba
Por fin amaneció y nos esperaban tres horas más de viaje sin parar hasta Maruata, nuestro siguiente campamento pero sabíamos que no parar sería imposible. Levantamos todo y nos lanzamos de nuevo a la costera.
Playa Maruata

El siguiente lugar en el pueden detenerse es: “Las Peñas”. Aquí el mar es más bravo y alguno de nosotros quería desafiarlo pero los lugareños nos advirtieron de la presencia de tiburones, así que desistimos:  "más vale pájaro en mano que mochilero en boca de tiburón". Aprovecha y toma fotos desde las peñas, te aseguro que nunca has visto un espectáculo similar.

La costa de Michoacán
Costa de Michoacán
Tres horas más de viaje y, tras una curva a la derecha, contemplamos una panorámica de Maruata ¡¡increíble!! Unos cuantos claxonazos para celebrar nuestra llegada, y tomamos el desvío que nos llevó hasta la playa. Una vez más nos bajamos del huidamóvil con impaciencia por ver la playa, el mar, la gente. Hay tres playas, la más grande es donde mejor ambiente hay porque se llena de gente joven. Las otras dos son más tranquilas, más familiares. Dado que queríamos conocer chavos, optamos por la primera opción.
Ya en la playa donde nos íbamos a quedar vimos una especie de techumbres de palma bajo las cuales se puede acampar por 30 pesitos. Buscamos el lugar adecuado, y montamos nuestro campamento: 2 tiendas de campaña, 3 hamacas y una banderita de los Pumas que no tardo en triunfar.
Acampando en la Playa
Nuestro campamento en la playa
Ya instalados, comenzaron los días más emocionantes de la huida (tónica general del viaje), compartimos las fogatas nocturnas con vecinos de tiendas, de Michoacán y Guadalajara la inmensa mayoría, y con los que hubo una conexión muy padre en todo momento. Hablamos de la emergencia sanitaria, de lo poco que nos asustaba y lo chido que la estábamos pasando con todo e influenza. El resto del día transcurrió entre paseos en lancha, baños, hamaqueo, cocos, pescadito, más cocos, cervezas, sol y más cervezas.
Coco en Michoacán


Lo mejor de esta playa es la diversidad de gente que se reúne aquí. Desde nuestros vecinos: una pareja de 50 años más menos y con un rollo hippie elegante, hasta otros que se sentían los más hippies por su admiración al Che Guevara (pero que nos hicieron pasar ratos muy divertidos). Tuvimos la suerte de encontrar gente encantadora, con la que la noche paso volando alrededor de una buena fogata (todo ello amenizado por tequila con toronja, por supuesto), música para bailar, unas guitarras y nuestras voces berreando.

Costa de Michoacán
Dominguín
Después del despapaye de la noche del sábado, había que moverse y así nos encontramos a Ezequiel García que nos propuso ir a snorkelear por los alrededores… ¡¡Pues va, con todo y cruda!! Ya instalados en la lancha nos fuimos alejando de la zona. Maruata está formada por tres bahías Llegamos a un punto algo solitario y con agua cristalina. Ezequiel nos dio el equipo y comienza la aventura: los más experimentados se sumergieron sin mayores problemas. Después decidimos ir CA-MI-NAN-DO a Maruata Viejo… más o menos unos 50 minutos, es una pequeña bahía protegida. Ahí conocimos a Iguana y Bella (no pregunten el nombre… jamás nos enteramos, pero que le dicen Iguana eso sí) y nos arreglamos para que nos llevara en su lancha a bucear. ¡maravillosos paisajes encontramos!! Y vaya espectáculo submarino.

Ya de vuelta Doña Toña (la dueña del cachito donde teníamos nuestro campamento) nos platicó que los pescadores podían llevarnos a otra zona muy padre- Pus les veo ganas de andar como jiribillas… anden vayan y convénzalos, segurito que les dan buen precio pos si son muchos chamacos- , contamos… ¿somos 10? Sí… pues a lo que te truje. Negociamos con los pescadores que nos acercaran a la zona de jacuzzis… Sí, ¡cómo ves! En esta zona las rocas maravillosas se acomodaron para formar unas tinas de aguas tranquilas, ahí pasamos un buen rato, descansando, hablando tonterías, riendo como niños… en fin olvidándonos de todo, todo.

No quedaba mucho tiempo, el domingo se acaba y el lunes volvíamos temprano a la ciudad, al caer el sol, todos comenzaron a moverse como si hubiesen escuchado el llamado del mar. La gente caminó hacia una roca que avanzó en el mar… y nosotros pues ni modo de quedarnos viendo… ahí vamos también. Algunos llevaban tambores, otros flautas. Subimos un senderito labrado en la roca por muchos otros pies. Y nos reunimos en la cima de esta montaña que se lanza sobre el mar, a la altura de los vientos, desde donde se ve toda la bahía de Maruata. Cada atardecer se celebra aquí un agradecimiento por la vida y por el sol a la Madre Tierra… ¡qué chido es ser mexicano! Pensé mientras escuchaba el ritmo del tambor… tan parecido al latido de los corazones de todos los mexicanos; pudimos comprobar que Maruata es uno de esos lugares en los que no te sorprendes si mientras vas en una lancha te encuentras con una tortuga o con dos ballenas. Sin duda, un lugar en el que perderse es tan fácil.
Costa de Michoacán
Playas de Michoacán
Costa de Michoacán
Playas de Michoacán








































Mis tips
Si viajan en bola es más bara.
A Playa Azul como punto inicial para recorrer la costa harán 7 horas en promedio y gastaran 540 pesos de casetas. Recuerden en bola se siente menos.
En Maruata el hospedaje principal es camarena, no cuesta más que 30 pesitos.
Una buena comida saldrá en unos 100 pesos por persona… incluye la chela.
Si acampar no es lo tuyo hay unas cabañitas por 500 pesos.
Si van en coche, la gasolina es importante, pongan atención en el tanque porque no hay muchas gasolineras cerca.
Si van en camión tómenlo desde Lázaro Cárdenas.
Vimos un buen de playas: Barra del Tigre, La soledad, Caleta de Campos, Bejuco, Colola, Faro de Bucerías, La Manzanilera, si ya estás aquí: ¡¡Aprovecha!!

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