
Visitar el D.F. es lo que yo digo “entrar en un mundo distinto”, y esto NO es una metáfora; las circunstancias de la ciudad, su magnificencia y su caos hacen de ella un lugar difícil y sugestivo al mismo tiempo.
Muchos vienen para vivir una experiencia única, lo que la mayoría de las veces logran y no, no es que sea más enredada u hostil que otras ciudades pero, como todas las grandes metrópolis, tiene sus secretos que se van desvaneciendo a medida que uno consigue aclararlos.
Desde el momento en el que llegas, desde la ventanilla del avión por ejemplo, se descubre una infinidad de edificios donde viven millones de personas a un ritmo acelerado y distinto.
A medida que te adentras en el Distrito Federal, encuentras edificios grandiosos, personajes sacados de un cuento, y situaciones surrealistas a las que no darías crédito de no haberlas vivido. Cada zona tiene lo suyo, su modo, sus porqués y sus cómos… sólo es cuestión de que las encuentres y disfrutes.
En el D.F. existe un complejo y eficiente sistema de información para el turista… desde la página de internet www.mexicocity.gob.mx, módulos de información turística en cada delegación y números gratuitos e infinidad de guías que te informarán de la gran cantidad de museos antiguos y súper modernos repartidos por toda la ciudad. De manera que me tomé el arduo trabajo de visitar algunos (la ciudad es enorme y ofrece absolutamente de todo, así que la selección fue realmente di-fí-cil) para recomendarte los que a nuestro parecer son imperdibles para un mochilazo.
Algo que no debes dejar de visitar en el D.F. son los mercados. Hay en todos los barrios, colonias y delegaciones y, aparte del área normal de venta de frutas, verduras, comida en general, y demás cachivaches con los que llenarás, no una mochila,… dos, tres… en fin… así que, aguas chavas hay que cuidar el bolsillo; hay un área donde puede degustar comida realmente mexicana. Se llama Comida Corrida (¡y no, no se refiere a salir corriendo sin pagar la cuenta he!) Hay un par de sitios especializados en mariscos (el mercado de Mixcoac y el de la Narvarte son de los mejores) donde los sirven realmente sabrosos, bien baratos y en raciones generosas.
Aparte de la comida, en los mercados se vende prácticamente de todo, desde animales hasta limpias de espíritu a cargo de un chamán (que siempre resulta ser el mejor de la ciudad, cada colonia tiene el suyo), si te gusta este rollo indígena, conocer tus raíces y ¡por qué no! Acercarte a una experiencia etérea, te recomiendo el de Sonora, en el barrio de la Merced, donde se pueden adquirir máscaras y calaveras modeladas en cualquier actitud humana, desde modelando barro hasta jugando al billar con sus cabezas.
¡Tomando Tequila!!!
Las costumbres del comer, aquí están muy relacionadas a la ocasión y hasta a las épocas del año. Cuando en el D.F. vamos a comer, tenemos preferencia por los productos frescos, los sabores pronunciados, las frutas y las verduras. Y en el D.F. la variedad es increíble. Así que, de acuerdo a las fechas en las que vengas podrás, disfrutar pozole, chiles en nogada, pavo o pollo preparado de mil maneras en fin… le daremos vuelo a la quijada en esta Huida… te lo aseguro.
La bebida no le da la espalda a la comida, y aquí el tequila y la cerveza son las reinas y entre ellas, existen un montón de combinaciones que te encantarán.
Aquí van mis comidas preferidas: los antojitos o mejor conocidos como “garnachas” con una buena cerveza, los tacos (mmm) en todas sus presentaciones y rellenos… aquí en el D.F. también te podrás dar vuelo…
¿Atrapado? …
El tráfico en la ciudad es particular, así que no desesperes, tómatelo con calma si has decidido trasladarte a algún sitio en taxi. Si este es el caso, no está de más seguir estas recomendaciones: lo mejor es llamar a un taxi de sitio; cerciórate de que el vehículo lleva las nuevas placas, con su número económico y una franja distintiva de color verde o coral, según sea el caso; no subas si ya hay otro pasajero… no por ahorrarte la mitad del viaje te expongas; comprueba que los seguros y las puertas funcionan y ciérrelas para evitar visitas imprevistas; con serenidad, ya te lo hemos dicho otras veces, confía en tus instintos y solicita al conductor descender de la unidad en caso de descubrir o percibir situaciones extrañas; procura tener cambio a mano y no saques billetes grandes (esto vale también fuera del taxi.
Aunque a decir verdad…. La mejor manera de viajar en D.F. es el clásico y rápido metro. No cabe la menor duda.
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