La cara oculta de Vallarta

Cabo Corrientes, Jalisco
Uno pensaría… yo lo pensaba, que llegar a un destino tan cosmopolita como Vallarta es sinónimo de hotel “nice”, comer, playa y tragos coquetos…. suena bien también pero no, Vallarta es más…

Después de una semana complicadísima; la invitación que nos hicieran para celebrar los 10 años de Casa Cúpula nos caía como anillo al dedo. Fueron meses de ordenar agenda y dejar libres 6 días para, por fin, reencontrarme con Vallarta; destino con el que tenía asuntos pendientes… muchos.



Llegamos un viernes pasado el medio día; Vallarta me huele a sal y a amigas querídisimas, quereres que no están, recuerdos, ídolos que tengo. Mi primera visita: Hacienda El Divisadero en Cabo Corrientes, a solo una hora con veinte minutos de Vallarta.

No sabía… no imaginaba lo que me esperaba: Una mágica hacienda dedicada a la producción de raicilla. La bienvenida fue como regresar al hogar después de un laargo tiempo de ausencia… así de calurosa, así de cercana. Nos muestran la habitación con una decoración totalmente rústica, llena de esos detalles que halagan la vista y el “estar”, a mi me urgía conocer a Don Tino Carbajal, dueño de la hacienda. Lo primero que hicimos fue sentarnos en el restaurante a probar la primer margarita … ¡¡claro, hecha con raicilla!!
Cocktail de Raicilla

En esta platica conocimos al chef, dueño, presidente del consejo para la promoción de la raicilla, al hombre, a la historia; hablamos de su familia y su gusto por la cocina, del proceso de la raicilla, de su interés por mantener viva esta tradicional bebida que, aunque descendiente del agave, prima hermana del mezcal y del tequila, conserva un sabor tan distinto, tan especial, tan de la casa…. como diría Don Tino “La raicilla es una bebida femenina, muy romántica” (que aclaro debe tomarse con cuidado)

Nos dispusimos a comer antes de dar nuestro primer recorrido por la hacienda que nos llevaría a conocer el proceso de la raicilla, Don tino ya había empezado a preparar nuestra comida. Una deliciosa selección: borrego, birria, costillas de cerdo y mole poblano que aquí preparan tal cual la receta de nuestra bella Puebla, agua de chia con limón recién cortada (literalmente) y claro margarita de raicilla del sabor que te puedas imaginar.La vista desde el restaurante no puede ser mejor: el verde de los árboles, el azul del cielo, los sonidos de la naturaleza y la grata compañía que, pude percibir, Don Tino extiende a cualquiera que llegue a comer al restaurante.

Hacienda El Divisadero

Iniciamos la caminata; lo primero fue conocer los 8 tipos de agaves que se cultivan en la Hacienda que dice Don Tino: “El agave esta esperando por todos lados a ver que le da el tiempo” y cuando esto pasa los agaves están listos para convertirse en raicilla. Pasamos pues al proceso de la jima que básicamente es el mismo que el proceso del tequila, en esta hacienda se han dado piñas de más de 40 kilos. Éstas son colocadas en un horno con roca volcánica ardiendo a más de 900° y roble, que le da este sabor amaderado tan peculiar, pasan a destilación y de ahí al embotellado. Al terminar el recorrido nos enseñan a “catar” raicilla. Armando nos dijo que dependiendo del recipiente donde sea servida la raicilla el sabor puede variar… un pequeño, pero respetable vasito de plástico, nos espera sobre la mesa, un plato con toronja dulce recién cortada y unos granos de sal de mar; tal cual nos indican doy el primer trago para limpiar el paladar… pasarlo me deja ese ardor de las bebidas de agave en la garganta… cierro los ojos, huelo la raicilla y dejo que los aromas invadan mi paladar… doy un pequeño sorbo más que paso lentamente… esta vez no arde… calienta y el sabor es distintivo… siento el sabor del agave ahumado con el roble en la boca… un poco de toronja y los sabores y aromas estallan en mi boca… la raicilla y yo nos encontramos, nos poseímos y nos gustamos.
Margarita de raicilla y mango


Cata de la Raicilla
Volvemos al restaurante porque la esposa de Don Tino nos enseñaría a hacer tamales de elote con cabalabacitas, también producción de la hacienda. Pasamos una velada llena de magia: la noche clara, las estrellas que parecen estar a solo unos centímetros de distancia en este cielo de Cabo Corrientes, la música de los tríos más famosos y la raicilla… ¿le falto algo a esta noche para ser perfecta? No, definitivamente no.

A la mañana siguiente lo primero que me encontré fue a Don Tino regresando de haber cortado calabacitas para nuestro desayuno.
Quesadillas de calabaza y queso

Los caballos listos para que, al terminar el desayuno, diéramos un recorrido por las tierras de la Hacienda, entre caminos llenos de maleza donde cada árbol, cada arbusto, cada rama tiene una misión medicinal, un buen sabor en algún platillo regional o simplemente huele rico; vimos los petroglifos: rocas con grabados de nuestros antepasados; los límites de la hacienda, los animales… nos encontramos un par de víboras y arañas inolvidables por su tamaño y todo esto con la platica de amigos: Armando y Don Beto que no dejaban de hacernos reír… y es que aquí todos son una gran familia dirigida por Don Tino, aquí siempre hay sonrisas, fraternidad, calor que hacen de una estancia en este lugar mágico una eterna noche bohemia con amigos íntimos… un lugar que se me antojo para traer a mis papás (Don Ramón hubiese estado encantado con Don Tino, su música y su cocina); para escaparme un fin de semana lejos de todo con mi adorado tormento o con mis hijos que tanto aprecian el contacto con la naturaleza… Un lugar al que volveré sin dudarlo cada vez que mi camino me regrese a Jalisco que, como ya lo he escrito, siempre me sorprende.
Hacienda El Divisadero


Monolitos Hacienda El Divisadero


A Don Tino no le importa el internet, o el twitter o el tiempo “aquí nadie usa el reloj… nos guiamos por el sol mija” …y así con la caída del sol y algo enraicillada debía seguir el camino porque Vallarta y Taste PV me esperaban ya hacía varias horas, y como pasa en los buenos lugares nos costaba tanto despedirnos que la comida casi se convierte en cena.

Y está, señores es la otra cara de Vallarta, la que te acerca a la naturaleza y te aleja del ruido y la vorágine de la vida cotidiana; la que te lleva a percibir a flor de piel cada olor, cada sabor, cada paisaje; cada experiencia en Hacienda El Divisadero es única… es la otra cara de Vallarta… la cara de la hospitalidad.

Hacienda El Divisadero

Mis Tips

* Lleva un MUY buen repelente
* Cuando Don Tino te sugiera ponerte el jabón liquido de coco hazlo… espanta a los moscos.
* Lleva ropa adecuada para montar es una experiencia única
* No olvides por nada del mundo la cámara.
* Resígnate a perder la señal de tu celular por completo
* Relájate
* Disfruta de la raicilla que es, como todo lo artesanal en México, una bebida única, pero no te confíes… la raicilla es…raicilla


Más info: http://haciendaeldivisadero.com/





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